¿A Mac Jones se le fue el tren con los Patriots?

La última serie ofensiva de los Patriots en su derrota contra Washington fue un resumen de lo que ha sido toda la temporada NFL 2023 (y quizás mucho más), con una defensiva que simplemente no puede parchar todos los problemas, equipos especiales que no son tal y una ofensiva que, bueno, una imagen dice más que mil palabras:

Mac Jones: ¿una solución o el problema?

La NFL nos demuestra que nunca des a nadie ni nada por descontado. Antes de proclamar a Jones insalvable, no sería extraño que logre crecer al final del año y sea de lo poco rescatable en la campaña. Después de todo, este domingo hizo su chamba, lanzó 44 veces, no entregó el balón y nos tuvo a nada de empatar o remontar antes de esa intercepción provocada por el WR Juju Smith-Schuster.

Pero ya se le acabaron las excusas si no hay avances; por mucho que la OL, los WR, hasta el llamado de jugadas sea deficiente, él debería ser capaz de individualmente mostrar la capacidad de liderar en todo momento. Al final, como vimos con el QB Zach Wilson hace poco, puedes rodearlos de todo lo necesario para tapar sus deficiencias, pero cuando el juego les exige salirse del guion tradicional, ahí está la diferencia entre ganar y perder, y a los Patriots les urge un QB con el cual ganar en todo momento, o por lo menos, saber que estarán en la pelea por él, no sus armas.

Jones sufre por quienes le rodean, pero también los demás padecen por su regresión en mecánicas de lanzamiento, lectura de juego y sus limitaciones con el brazo. Aquel joven que podía anticipar sus pases para compensar que no era el tirador más fuerte, se fue para dar paso a un tipo que titubea y está constantemente gritando en las laterales cuando las cosas se van al demonio.

Y todo va de la mano, no todo tiene que ser Mac Jones o los demás, esto es un colectivo, si uno falla, el resto se contagia. Por supuesto, los grandes podían multiplicar el esfuerzo para compensar, pero como se ve en Kansas City, hasta el más talentoso tiene problemas pese a que sus pases son exactos y les pegan a sus WR en las manos.

En tres años Jones tuvo tres coordinadores ofensivos diferentes, le quitaron receptores de confianza (Jakobi Meyers) y la línea ofensiva dejó de ser prioridad hace años, pues prácticamente hemos armado el grupo actual con los desechos de otros equipos (la OL es la peor en protección en el pase de la NFL). Esperar que cualquier pasador en desarrollo multiplique los panes y pescados para el milagro es absurdo.

En este punto tampoco les sorprenda que él mismo pida su salida para irse a pastos más verdes. Lean la siguiente declaración que dio post-partido (vía The Boston Globe):

“Obviamente, cuando pierdes el partido, es frustrante. No se trata de una persona o un jugador en absoluto… Como he dicho, no hay excusas. Es difícil compararse con otras personas, con otros equipos… Creo que lo más importante es tener confianza en uno mismo.”

La frustración, como también dijo Hunter Henry, es palpable en sus compañeros de equipo y es entendible, porque si somos sinceros, no es solo cambiar de QB, es un funcionamiento disfuncional en varios niveles. Pero, por otro lado, ¿qué hacer con el QB Mac Jones en este momento luego de arruinar toda oportunidad con él?

Un problema más grande que el QB

Difícil saberlo, pero no es complicado suponer por qué los fans consideran que debe ser su última temporada (como también comento acá), ya que con un récord de 8-15 en su carrera como titular, no da la sensación de darnos las mejores oportunidades de ganar otro SB o volver a playoffs, como en su primera temporada.

Sin embargo, me gustaría que lean este extracto del artículo de Evan Lazar para el sitio oficial del equipo:

El objetivo de la organización debería ser ponérselo lo más fácil posible a su joven quarterback, no desafiarle o esperar que encubra cosas. Las operaciones de football en el One Patriot Place no lograron construir en torno a un joven mariscal de campo. Eso no es discutible. Jones no ha jugado lo suficientemente bien como para disuadir al equipo de buscar una mejora, pero el equipo también falló en construir a su alrededor — ambas cosas pueden ser y son ciertas.

No se trata de defenderlo porque imaginen que traen al QB Drake Maye o QB Caleb Williams en el próximo Draft NFL con armas muy similares a esta y sin invertir por otro rato, ¿de qué te sirve ese talento generacional bajo centro?

El ejemplo más directo es Carolina; tienes el talento del QB Bryce Young, que se mata cada semana y no tiene nada ni nadie a su alrededor que uno pueda señalar como un gran receptor o un corredor fiable, etc. Es un conjunto tristísimo, carente de identidad y que está desperdiciando un pasador talentoso.

Es muy injusto ver estos casos, mientras hay tipos como Zach Wilson lanzándole al WR Garrett Wilson cada semana. Otros tienen en sus filas al WR Tyreek Hill, WR A.J. Brown y WR Justin Jefferson para elevar su juego, a pesar de ser talentosos. Ni Aaron Rodgers o Tom Brady quisieron entornos así en los últimos años y cuando les pidieron convertir a petardos en élite, se largaron a dónde les podían dar mejores jugadores.

El próximo año se tendrán más de 100 millones de dólares para gastar, un pick seguramente en el top 5 del Draft NFL 2024 y hay meses para replantear la situación (también modificar el resto del staff que se negaron a cambiar este año). Pero si el roster no mejora, ningún pasador que venga aquí va a escapar a su panorama que le rodea.

Parafraseando a Rosseau:

El QB es bueno por naturaleza, es el roster quien lo corrompe.

¿Ustedes le darían una mejor oportunidad a Mac Jones el próximo año o es mejor cambiar de QB y empezar de cero en ataque otra vez? Puedes dejarnos tus comentarios debajo de este artículo o a través de nuestras publicaciones en redes sociales.

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