Mac Jones finalmente recupera el rumbo

¿Tarde pero seguro? Parece que el QB Mac Jones volvió a ser aquella joven promesa que esperábamos hace varios meses, y aunque tardó buena parte de la temporada, podría ser que finalmente se reencontró con su mejor versión en el momento más crítico del año.

Mac Jones retomó su evolución del año pasado

Fueron varias las veces que lo dijimos, Mac Jones necesitaba volver a ser el mismo QB confiado de ciertos momentos de la temporada pasada. Quizás no lo hizo bajo el contexto más agradable, pues al final los Patriots perdieron 33-26 contra los Vikings, pero se agradece.

La ofensiva de los Patriots este año ha sido, de todo, menos consistente, sin embargo, Jones ha sido regular en ir de menos a más desde el descanso. Y a diferencia del QB Zach Wilson, es posible que la confianza en él sea más grande que antes, luego de que hubo hasta cánticos pidiendo al QB Bailey Zappe en su lugar. Así te caiga mal, se debe reconocer que se ha fajado para callar bocas.

En enorme paso para Jones que ilusiona a New England

El jueves, en su primer juego de Día de Acción de Gracias, el pasador tuvo 72% de sus pases completos (28/39) para establecer una marca personal de 382 yardas por aire junto a 2 TD. Aunque no sirvió mucho al final, por lo menos ya sabemos que él no es parte del problema, como la ineficiencia en tercer down y la falta de claridad en zona roja.

Puede seguir siendo frustrante ver el bosque entero, pero este árbol ha enderezado de a poco su forma. Y nada te da más tranquilidad a futuro, que un QB que está superando poco a poco los obstáculos este año. En sus últimos tres encuentros, Jones suma 71 de 96 pases completos, 775 yardas, 3 TD y ni una sola intercepción.

Aun así, Jones no es fanático de estas estadísticas:

“Todos hemos jugado con esfuerzo y fortaleza. Eso es todo lo que puedes pedir. Quiero se capaz de anotar más puntos para ganar el juego. Eso es todo lo que me importa. Solo deseo ganar. Y eso no lo conseguimos esta noche.”

No obstante, sus números impresionan al compararlos con otros QB alrededor de la liga que enfrentaron a Minnesota, pues solo 4 había logrado superar esa marca de las 300 yardas en un solo juego: Jalen Hurts (333), Josh Allen (330), Teddy Bridgewater (329) y Kyler Murray (326).

Y a nivel franquicia, solo Drew Bledsoe y Tom Ramsey habían lanzado más como QB de segundo año. Aunque para ser justos, sus números vinieron en partidos que se fueron a tiempo extra.

Desde 1950, solo 45 veces un QB de segundo año pudo lograr lo mismo que Jones el jueves por la noche. Pero desde el 2000, apenas 13 pasadores en esas condiciones lo consiguieron:

 

¿Hay o no hay regresión?

Este fue el tema durante un buen rato, porque parecía que Jones había retrocedido en sus mecánicas, toma de decisiones y hasta había perdido la confianza adquirida. Es cierto que un juego no cambia todo, y probablemente el cierre de campaña será mejor parámetro, no obstante, ya está demostrando lo contrario a lo que se venía diciendo.

Y antes de menospreciar a la defensiva de Minnesota, vale la pena recordar que en sus 11 partidos esta temporada, han interceptado a 7 QB distintos, la séptima mejor marca de la NFL. Así también, Jones no permitió intercepciones de la secundaria de Indianapolis y New York, quizás las más completas de la campaña.

¿El problema? El llamado de jugadas. Los Patriots solo atinaron a convertir el 30% de sus intentos en tercer down. Tampoco pudieron anotar TD en zona roja, y aun con el que le anularon a Hunter Henry, hubieran quedado 1/3 en esas situaciones.

Por consiguiente, esperemos que todo en este ataque comience a ponerse al nivel de Jones muy pronto, ya que el siguiente duelo contra Bills puede ser vital.

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