Bill Belichick: ¿se colapsó la leyenda?

Los New England Patriots son una sombra de lo que alguna vez fueron con el propio Bill Belichick, Robert Kraft y Tom Brady, pero nada parece más evidente de esta crisis que la falta de disciplina y compromiso de aquellas grandes épocas. Por supuesto, un equipo sin victorias regularmente, también es un hervidero de emociones, si juntas un roster con algunas manzanas podridas, es una auténtica bomba de tiempo.

¿Bill Belichick perdió al vestidor?

Semanas atrás hablamos de la decadencia del Patriot Way como una filosofía ganadora en la actual NFL, y parte de lo que predica es darle una oportunidad a los despreciados, pero con talento. Así es como estrellas de la talla de Wes Welker, Malcolm Butler, Julian Edelman, LeGarrette Blount, Randy Moss, etc. despegaron o redimieron sus carreras con New England, pero hoy en día cuesta imaginar casos así.

Reconectar a estas estrellas potenciales se ha probado inútil en la actualidad. El reciente caso de la pareja de CB, J.C. Jackson y Jack Jones, es muestra de que Belichick no conserva el mismo impacto en todos sus jugadores. Por más que el capitán (y futura leyenda), Matthew Slater, asegure que confía en su coach “tanto como en otros momentos”, el desempeño de sus compañeros delata lo contrario.

Todos sabíamos lo que era Jack viniendo del colegial; incluso cuando sus evaluaciones decían que era talento de ronda 1-2, tenía historial criminal (asaltó un Panda Express). Acá se peleó con el staff a mitad de su rehabilitación y enfrentó cargos criminales a mediados de este año, cosa que mágicamente desapareció con un acuerdo muy beneficioso con la fiscalía.

Jackson trae temas legales, personales y de todo tipo desde hace tiempo también. Hace meses recibió una citación en una corte de Massachusetts por un tema de conducción y en Los Angeles simplemente lo regalaron después de un año y semanas.

Antes podíamos ver situaciones de indisciplina como casos aislados, y solamente casos muy graves (como Antonio Brown o Aaron Hernandez) fueron insalvables. Desde 2001, cuando Bill hizo limpieza de ese roster que heredó un año antes, era un conjunto con una mentalidad envidiable; como olvidar aquel momento cuando se presentaron en el SB XXXVI como equipo y no individualmente, marcando un hito en la NFL.

Luego, en años como 2008 y 2016, con Tom Brady fuera un tiempo o todo el año, los Patriots salieron a romperse la espalda y entregar el alma en cada partido. Incluso con el QB Matt Cassel, esa temporada del ’08 llegaron a ganar 11 partidos y estuvieron 3-1 con Jimmy G y Jacoby Brissett (un novato en aquel momento). Ahora tienes a Jones y Jackson sin ganas de jugar las últimas dos semanas, causando fricciones con sus compañeros y no puedes más que incrementar el tamaño de la flama.

Nadie subestimaba la capacidad de exprimir agua de las piedras, pero lo que es hoy, es muy diferente. No solo es incapaz de recuperar algunos casos perdidos, no puede desarrollar QB como hizo en el pasado; no lo olviden, Cassel, Garoppolo, Brissett, Hoyer, todos fueron titulares con relativo éxito en ciertos casos (Jimmy G fue a un SB al mando e SF).

En la actualidad hace las cosas al revés; cuando tiene algo de talento, lo hace devaluarse en la posición. Cómo dijo atinadamente Tom E. Curran en su artículo para NBC Sports Boston, es un desastre mayúsculo:

“Hizo falta un enorme esfuerzo para dejar inservible a Mac antes de Acción de Gracias de 2023. No necesitamos ir capítulo a capítulo, pero la conclusión es que el equipo no está bien entrenado en la ofensiva o equipos especiales. No tienen ningún talento de ‘alto nivel’. Jones con frecuencia no sabe si hacerse del baño o quedarse ciego y no tiene habilidades físicas (velocidad de pies, elusividad, talento de brazo) para salir de malas situaciones, por lo que las empeora.

La profundidad en todo el ataque es inexistente. En demasiados puntos, los jugadores de primera línea son de nivel de reemplazo. Y esto, dos temporadas después de gastar una cantidad récord en la agencia libre.”

Bill Belichick: el colapso de una leyenda

Aun con todo, si alguien se ganó el derecho de irse como quiera a dónde quiera, es Bill Belichick. Tampoco es verdaderamente efectivo echarlo a mitad del año; observando el caso de los Raiders que han hecho eso dos veces desde 2021, al final es un caos en el vestidor porque cambiarás de entrenador dos veces en menos de seis meses y el tercero vendrá con una enorme presión para rendir mejor si el interino lo hizo muy bien.

Para volver a ser una franquicia estable se necesita pensar con la cabeza, sentarse a platicar con Bill y ver qué sigue cuando se termine la campaña oficialmente. Nada impide al equipo comenzar su búsqueda de un reemplazo o si mantienen al histórico coach, planificar que harás con más de 90 millones de dólares para gastar y un pick posiblemente en el top 5 o hasta top 3.

Lo más seguro es que suceda un cambio de raíz. Según el reporte de Dan Orlovsky en el Pat McAfee Show, incluso podría ser que Belichick tenga definido a dónde irá en 2024. Si ese es el caso, New England también debería tener muy claro quién ocupará su sitio, tanto en la gerencia, como en el staff.

Realmente nadie lo desea, pero poco a poco va siendo un poco más claro que es el único camino que nos queda. ¿Tú qué opinas de la situación desde su perspectiva?

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