Por Juan Edmundo Ramos Castañeda
Sin duda, la victoria sobre los Denver Broncos en Nochebuena nos dejó un buen sabor de boca como aficionados. Y es que el equipo mostró más del costado ofensivo, la defensiva aguantó y se ve bien. Siguen teniendo problemas, pero en el fondo, la filosofía de Bill Belichick sale a la luz para recordarnos sus virtudes y defectos.
En 2024 no se puede dejar de lado que mucho deberá cambiar para revitalizar a esta organización, pero no debería ser un reinicio tan radical como pensamos. El Patriots Way aún nos regaló lecciones importantes en este final de año.
La necesaria separación de cargos en los Patriots
Notar la diferencia de calidad entre los dos lados del ovoide contra Denver fue un exámen total de la gestión administrativa de los Patriots; una defensiva sólida con futuras estrellas, capaz de pelear incluso con muchas lesiones; pero en la ofensiva solo contamos una estrella emergente del actual roster (otra lesionada) y párale de contar.
No es la primera vez que la faceta de Bill Belichick como GM está dañando la de HC y viendo hacia el próximo año, relegar funciones para que alguien se enfoque en darle a este equipo lo que necesita es una prioridad, no una sugerencia. Hasta más joven lo entendió a tal grado que tuvo gente como Scott Pioli a un lado armando cada offseason, cada intercambio, cada pick del Draft.
Siempre es mejor tener dos cabezas pensando por el equipo que solamente una; en los últimos años redujo su personal y adquirió más poder, principalmente, por culpa de la fuga de personal cada que uno de sus asistentes se convertía en nuevo HC, pero de todos modos ha demostrado ser una fórmula negativa.
En 2024 tienes más de 70 millones de dólares para invertir según Over The Cap, picks entre los mejores 10 del Draft, una defensiva prometedora, pero si mantenemos la perspectiva de los últimos años, el miedo por armar una buena ofensiva no se irá y nunca saldrán de la mediocridad. Urge reinventarse.
La ofensiva como punta de lanza
Uno de los cambios más notables tendrá que venir en su ataque. Más allá de quién lidere los nuevos esfuerzos, es innegable que en la modernidad de la NFL requieres un conjunto bien balanceado, y este no lo es. La defensiva puede limitar a sus oponentes, pero anotando solamente en 15 juegos 212 puntos para un promedio de 14.13 por partido, nunca tendrás posibilidad de salir del agujero.
Si los Pats mantienen a Bill Belichick, uno de los puntos débiles de su gestión es la formación de grandes ofensivas. Sin embargo, mirando en el pasado, sus mejores aciertos vinieron una vez establecidos sistemas funcionales en ataque; ya fuera con el OC Charlie Weis o el OC Josh McDaniels. Aquí es donde se debe cuestionar si el de Bill O’Brien también lo es, ya que no podemos decir que exista mucha diferencia con respecto a Matt Patricia, su predecesor.
El tema aquí afecta notablemente la decisión del próximo QB; no solo por el funcionamiento en una ofensiva desarticulada, sino además por la preferencia del coach. Un perfil como el del QB Jayden Daniels o QB Caleb Williams no es igual con O’Brien, que por ejemplo, con McDaniels (si es que termina volviendo).
Pero si de invertir se trata, probablemente la OL es el tema central, pues desde la profundidad es casi nula. Es muy probable que los Patriots terminen adquiriendo refuerzos para el interior y los tackles de esta unidad. Tampoco podemos garantizar el regreso del coach Adrian Klemm, enfermo por motivos desconocidos desde hace semanas y cuya recuperación es un misterio.
Como vemos, es la unidad que más atención, dinero y esfuerzo requerirá. No tenemos un QB franquicia, un WR élite, una OL sólida y hay, en general, muy poco a lo que pueden aferrarse. Hasta parece poco todo el dinero que tienen para arreglar todo lo que necesitan, pero por ende es que viene después del tema del próximo GM.
¿Qué hacer con la defensiva?
El pilar de todos estos años de reconstrucción ha sido la defensiva, que es la que nos mantiene en los partidos y la que naturalmente tiene menos piezas que mover. Es más, diría que solita se estará reforzando con los regresos de múltiples lesionados… a menos que hablemos del largo plazo.
La edad de ciertos veteranos como el DL Lawrence Guy, S Adrian Phillips, LB Matthew Judon, etc. Sumado a los agentes libres del próximo año: S Kyle Dugger, LB Anfernee Jennings, LB Josh Uche, etc. hacen que vengan muchas decisiones internas importantes. Y un buen grupo de trabajo va a querer prevenir cualquier escenario para que la defensiva no pase de fortaleza a debilidad de un año a otro, como podría pasar entre 2024-2025.
Tampoco podemos quitar de vista que en el próximo ciclo de entrevistas en la NFL habrá interés en estos entrenadores: Jerod Mayo, Demarcus Covington (DL), Mike Pellegrino (CB), etc. Es un gran grupo, pero con esto también nos damos cuenta que están desperdiciando sus mejores años con una pésima ofensiva.
Al final regresamos al mismo punto; se deben cambiar ciertas cosas, aunque no todo. La filosofía de Bill Belichick seguirá, incluso con un nuevo staff. Es simplemente muy bueno en dónde lo hizo bien (defensiva) y no te impide trabajar en lo que no, porque hasta eso, como GM, no está dejando problemas económicos y de contratos el próximo año, sino un lienzo en blanco para quien quiera pintar su obra maestra.
Mucho se ha dicho de Bill Belichick estos años, pero comparado a las situaciones que vemos en otros equipos en la NFL en necesidad de reconstrucción, los Pats son de los que mejores recursos y posibilidades tienen para rearmarse en el futuro cercano.
¿Cuál filosofía deberíamos seguir? ¿El Patriot Way? ¿Alguna otra? Puedes dejarnos tus comentarios debajo de este artículo o a través de nuestras publicaciones en redes sociales.
También te puede interesar: