El largo camino por delante para los Patriots

Por Juan Edmundo Ramos Castañeda

Estos años de reconstrucción han sido muy complicados para el aficionado de los New England Patriots, el que estaba acostumbrado a ver a su equipo en playoffs luchando por llegar al Super Bowl y ganarlo, otras veces no, pero con la satisfacción de una temporada ganadora en su edición 2023. Ahora luce distante cuando fue una dinastía y eso que hablamos de hace no más de cinco años.

Que ganarle a equipos como Bills, Jets o, recientemente, a los Steelers, no haga que pensemos diferente: las cosas se hicieron mal por muchos años. ¿Qué debemos aprender de una temporada perdedora?

Las lecciones del fracaso de los Patriots

1. Una mala planificación de roster

Dicen que los cimientos de un equipo se construyen a través del Draft (y un poco la Agencia Libre) y sigue aplicando en la actualidad para todos los equipos. Claro que, como siempre pasa, no todo jugador triunfa en este deporte tan complicado. Pero en el caso de New England, las malas decisiones en de la administración abundan y hoy en día son las que nos tienen bastante hundidos.

Si nos ponemos a ver cuantos jugadores, selecciones de draft, siguen en el equipo, la realidad es que los pudiéramos contar con los dedos de la mano. Y si hacemos hincapié en los jugadores que se dejaron pasar que son estrellas en sus equipos (D.K. Metcalf, A.J. Brown por nombrar algunos) la lista es larga. 

La realidad es que el GM, Bill Belichick, ha realizado un trabajo irregular a pésimo en los últimos ocho años y se debería de pensar en traer a alguien que pudiera ayudarle a seleccionar mejor talento y no por capricho dejarlo pasar. Debe de haber más riesgo a la hora de buscar a ese individuo que haga la diferencia y sea un futuro en su posición.

Tan solo piensen en esto: ¿cuándo fue la última vez que un Pro Bowler o All-Pro fue alguna vez un pick de Bill Belichick? Si nos quedamos con su trabajo de 2001-2016, la lista es larguísima, pero desde los últimos años de Tom Brady en el equipo se carecía de esa estirpe élite alrededor. Los grandes envejecieron, se fueron, etc.

Hoy en día se gana por plan de juego y solo la defensiva da la cara. No se puede ganar una temporada así, como hemos visto con Pittsburgh o los Jets, tienes que mejorar tu ofensiva para triunfar.

HC Bill Belichick. (Foto: The Boston Globe)
HC Bill Belichick. (Foto: The Boston Globe)

2. El sucesor de Tom Brady

Sin duda, tras la salida de QB Tom Brady del equipo, se volvió una tarea buscar al heredero del G.O.A.T. y hasta la fecha, han quedado a deber. Tampoco nos dejemos seducir por un buen medio juego de Bailey Zappe para decir que es su sucesor, porque el estándar es más alto 

Nadie dijo que era sencillo y seguramente cualquier antigua dinastía vivió lo mismo tras dejar ir a sus grandes QB, pero visto en primera persona, la falta de seriedad con los candidatos estos años es triste. Pasando por el experimento del QB Cam Newton en 2020, al retroceso y fracaso del QB Mac Jones en la actualidad, se ha gastado dinero y recursos importantes (ej. la primera ronda en Jones) en jugadores que al final terminaron en la banca y sin ser el líder que necesita esta organización.

Dejando de lado la falta de cualidades individuales, alrededor tampoco se les dieron herramientas adecuadas. No tenemos un WR de 1 000 o más yardas desde la década pasada (Julian Edelman, 2019) y desde 2019, nuestro único liniero ofensivo en los primeros picks del Draft NFL ha sido Cole Strange. La negligencia ha sido sistemática y si le sumas perfiles con talento limitado o en declive, los resultados son los que vemos actualmente.

QB Mac Jones. (Foto: Getty Images)
QB Mac Jones. (Foto: Getty Images)

3. Una línea ofensiva de papel

Incluso neutralizando al LB T.J. Watt no fue un juego perfecto y se vio al lograr 3.2 yardas por acarreo en la noche del jueves y dos capturas en el partido. Realmente no ha sido un año brillante y lo más que podemos esperar es una actuación casi decente.

Tras el retiro del ex coach de la OL, Dante Scarnecchia, ha sido un punto difícil a lo largo de la reconstrucción del equipo. Pero no solo se trata de alguien que podía sacar lo mejor de sus jugadores, pues también tenía buen ojo en la evaluación del Draft. Jugadores como Joe Thuney, Ted Karras, David Andrews, etc. fueron descubiertos en el reclutamiento y traídos por su recomendación.

Este año eligieron tres linieros ofensivos en rondas medias (OL Jake Andrews, OL Atonio Mafi y OL Sidy Sow), pero ninguno ha sido lo que esperaríamos para solucionar las problemáticas de la unidad.

Tampoco es extraño leer tantos problemas internos con el OT Trent Brown últimamente y las constantes rotaciones de personal hacen ver que carecen de identidad con el coach Adrian Klemm. Es simplemente desesperante que nadie tenga un octavo del nivel de Scarnecchia en ese staff y lo están padeciendo a lo grande.

En el próximo Draft y la agencia libre, sin duda es una de las prioridades a tomar en cuenta, porque aunque se elija nuestro QB franquicia, si no se le protege adecuadamente, podemos terminar contando historias como la del QB Andrew Luck de los Colts, que tuvo que retirarse prematuramente por sus lesiones ocasionadas por tanto golpe que recibía detrás de líneas deplorables. 

4. El coordinador ofensivo

Tres coordinadores ofensivos diferentes en tres años; ya la salida del OC Josh McDaniels era mala de por sí, dado que él inició el desarrollo del QB Mac Jones, pero lo que hicieron después no tuvo nombre. El fallido experimento de Matt Patricia solo trajo retroceso a una parte del equipo que si bien no era perfecta, no se necesitaba mover demasiado. Todo esto, además de repercutir en la confianza de nuestro mariscal, trajo muchas malas decisiones en el costado ofensivo del equipo.

Aunque este año llegó el OC Bill O Brien, viejo conocido del equipo, la realidad es que nuestro ataque parece de otra época, distante a lo que se ve en la NFL moderna. También fue evidente cuando pasaron de 21 puntos en los primeros dos cuartos contra Steelers a quedarse en ceros en los últimos 30 minutos de juego. Además:

  • Solo han anotado 19 TD en toda la temporada.
  • Son el segundo equipo con más intercepciones en la NFL.
  • Solo 20.6% de sus series ofensivas acaban en puntos (penúltimo lugar)

Si bien, no es la primera vez que un equipo hace cambios en su staff tan seguido, la verdad es que sí impacta en la dinámica del mismo. La continuidad siempre es bienvenida y la podemos ver en el lado opuesto, en la defensiva, que es en estos años de reconstrucción, ha sido el pilar del equipo con el staff casi intacto.

Ahora bien, la ofensiva de BoB tampoco invita a intentarlo con él. Entre los problemas de implementación de su sistema y el coaching deplorable, no todo es culpa de sus jugadores.

5. Un staff alejados del estándar

Parte importante de la dinastía era el hecho de que la filosofía pregonaba una gran filosofía en todos los lados del balón. La realidad es que el equipo se ha vuelto muy indisciplinado, cometiendo muchos errores mentales, castigos y jugadas que no estábamos acostumbrados a ver.

Lo cierto es que el HC también ha fallado en su staff que lo acompaña. Hace no mucho se supo de que nadie respetaba a miembros como Joe Judge, que es la mano derecha de Bill Belichick este año; pero si comparamos con la dinastía, jamás ocurrió con Ernie Adams en ese mismo rol. Y algunos otros no saben transmitir lo que se busca (ej. Troy Brown), pero siguen aquí por alguna razón.

En su momento este grupo lo conformaban leyendas como Ivan Fears (RB), Dante Scarnecchia (OL), Brian Daboll (TE), etc. En la actualidad, nadie contrataría al staff a la ofensiva y quizás solo voltearían a ver el defensivo. En casos como los equipos especiales, Joe Judge y Cam Achord los volvieron un hazmerreír en la NFL.

Todo a una misma dirección: renovación

A Belichick se le debe mucho respeto, pero urge la autocrítica. Su tan memorable Patriots Way está siendo despedazado por estos últimos cuatro años; más allá de lo que hizo antes, ahora pone en duda su propia continuidad.

Robert Kraft deberá de tomar decisiones difíciles para reconstruir con o sin él, que garanticen ver al equipo en los primeros planos. Bill Belichick todavía puede armar defensivas de lujo, pero las ofensivas y sus equipos especiales se quedaron en la década pasada. Una nueva filosofía puede venir hasta de la misma persona, se agradecería mucho.

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