Cuando ves a los New England Patriots, no puedes evitar recordar las palabras de Vito Corleone en The Godfather: “mira como masacraron a mi muchacho” y de nadie es más la culpa que quienes están detrás de este proyecto. No hace falta decir que el HC Bill Belichick, también GM del equipo, ha dado una enorme aportación a este desastre, eligiendo a los actores de esta tragicomedia y dejando que sus ideas se corrompan. De héroe a villano.
Bill Belichick perdió el toque mágico
Con más de 70 años de edad, uno puede decir que el tiempo alcanzó finalmente a una de las mentes más privilegiadas de la historia del football. Más allá de volver a tocar el tema de su filosofía, The Patriots Way, es momento de aceptar que tampoco tiene las respuestas de un modo u otro.
“Las cosas no le han ido muy bien este año. No creo que él sea el principal culpable. Si quieres culpar a alguien, cúlpame a mí,” dijo el OC Bill O’Brien esta semana cuando se mencionó el desastre de la posición de QB, en específico, del desempeño errático de Mac Jones.
Lo cierto es que no es uno ni otro, porque ambos fueron traídos a salvar una idea que no puede competir en la NFL moderna. Ver cómo arruinaron la mente de un joven pasador por tratar de recrear el camino del G.O.A.T. (Tom Brady), solo le da la razón a los críticos de Belichick que consideran que todos sus logros partieron desde el momento en que se unió a ese histórico jugador.
Si bien en su momento eso permitió crear una dinastía, eso fue hace más de 23 años. Hoy en día pasamos de luchar por el SB a pelear el pick más alto del próximo Draft NFL. Ese estándar, que se construyó por dos décadas, se derrumbó en cuatro años. Su legado siempre será inmenso, innegable, pero ahora tendrá esa mancha al final de su trayectoria.
Al final, el que para muchos es el mejor entrenador de todos los tiempos, tampoco pudo escapar al terrible destino de otras leyendas del coaching en el ocaso de sus carreras como Chuck Noll, Don Shula y Tom Landry:
El domingo lo vimos incluso tocar todavía más fondo contra Giants. Perder contra un equipo en igualdad de circunstancias sin superar 10 puntos en el marcador es inaudito, más porque se convirtió en el primer equipo en perder juegos seguidos cuando recibe 10 puntos o menos en contra.
El QB Tommy DeVito, sin ser nada especial, también se convirtió en el primer UDFA en ganarle a Bill Belichick en su primer inicio contra él. Anteriormente, había dominado a los pasadores novatos desde primera hasta última ronda.
De héroe a villano de New England
Si bien puedes usar la excusa del QB Mac Jones, la realidad es que él también lo eligió en su momento, decidió darle condiciones para su regresión (no WR élite, peor OL, etc.), por lo que es imposible salvar de la quema al entrenador de esta forma.
Tampoco puede huir echándole toda la culpa al poco dinero que le da Robert Kraft, porque sus selecciones del Draft NFL, lo que debería compensar, son tan malas que por eso necesita volver a invertir mucho dinero el próximo año. De hecho, no tiene un pick suyo en años recientes que haya ido al Pro Bowl o fuera seleccionado al All-Pro.
In Bill We Triste no funciona sin resultados. Es como cuando últimamente sale a ser el mismo amargado en sus ruedas de prensa, pero sin victorias que lo respalden, ya no puede hacer eso, se ve mal, muy mal y aumenta las hostilidades de una prensa que de por sí nunca ha sido tranquila con sus muchachos.
Si hace cinco años hubieras preguntado cómo esperabas el final de la carrera de un sin igual como él, el 99.9% te habrían respondido que con un anillo de SB y retirándose como el más ganador de los coaches que pisaron un emparrillado. En su lugar secándose como un pez fuera del agua.
“Bill, el mundo ya no es como antes.”
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